jueves, 29 de enero de 2009

El héroe de la Filmoteca

No conocía a Manuel Rotellar: Oía contar prodigiosas historias de él y de su pasión por el cine. Era un aragonés utópico y tenaz que se hizo a sí mismo: un autodidacta feroz. Creía en la cultura como instrumento de cambio y bálsamo de ocio. Fue asiduo del Niké, protagonista del cine independiente de los años 60 y 70 con Moncayo Films, y compaginó su tarea de mecánico de la Algodonera del Ebro con la crítica y la historia cinematográficas. Escribió en Amanecer, Aragón Expréss, Andalán y El Día de Aragón, pero también en revistas y monografías nacionales y extanjeras. Su estudio sobre Nosferatu de Murnau fue muy elogiado. Era tan versátil y curioso que lo mismo escribía de cine fantástico o de terror que redactaba capítulos sobre cine erótico, y estudiaba a Segundo de Chomón, Florián Rey, Buñuel (fue de los primeros en entrevistarle a su regreso). Iba a las salas con grabadora para analizar luego los guiones. Vivía por y para el cine, que era su oxígeno, su afán y la medida de su ambición.

Todo ello lo recuerda el espléndido documental “Manuel Rotellar. Apuntes desde la fila ocho” de Vicky Calavia, un retrato de Rotellar y a la vez un retrato de grupo y de quimeras colectivas. La pieza, hecha de imágenes suyas de actor y de testimonios de amigos, recuerda que fue el primer director de la Filmoteca. Ahora se dice que el Teatro Fleta será el local definitivo de la Filmoteca, dos espacios malditos. El cine en Aragón es, y debe serlo en el futuro, tan importante como el turismo religioso que quiere promocionar el desconcertante prócer de izquierdas Jerónimo Blasco, el “Messi” de la cultura.

Antón Castro
(Cuentos de domingo. Heraldo de Aragón. 25-01-2009)

La imagen pertenece al cortometraje Sic Semper (José Luis Pomarón, 1961), interpretado por Rotellar.

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